La guerra de precios en el sector del coche eléctrico en China ha entrado en una nueva fase. BYD, líder indiscutible en ventas de vehículos eléctricos en su mercado doméstico, ha lanzado una ofensiva inesperada con descuentos que alcanzan hasta el 34% en modelos clave como el BYD Seal, una berlina de aspiraciones premium que hasta hace poco rivalizaba con el Tesla Model 3 en precio y posicionamiento. El movimiento ha provocado una reacción inmediata en la bolsa de Hong Kong: las acciones de varios fabricantes locales se han desplomado ante el temor de no poder seguir el ritmo.
El anuncio llega en un momento tenso. Las ventas de vehículos eléctricos en China, que habían mostrado un crecimiento muy fuerte durante los últimos tres años, comienzan a mostrar signos de saturación. En abril, las matriculaciones de coches eléctricos e híbridos enchufables en el país crecieron un 28% interanual, una cifra saludable pero inferior a la media del año anterior, según datos de la CPCA (China Passenger Car Association).
El recorte de precios de BYD no es simbólico: el Seal en versión estándar, que antes partía desde unos 189.800 yuanes (unos 24.400 euros), baja ahora hasta los 139.800 yuanes (unos 18.000 euros al cambio), una diferencia de 6.000 euros que cambia por completo el posicionamiento del modelo dentro del catálogo de la marca y frente a sus rivales. Este tipo de bajada pone contra las cuerdas a marcas más pequeñas o con márgenes más estrechos, muchas de las cuales dependen todavía de financiación estatal o inversores privados sin músculo suficiente para aguantar una guerra de precios prolongada.
Tesla ya había iniciado este tipo de recortes en China durante el último año, obligando a muchos fabricantes a responder. Pero la decisión de BYD tiene más calado por el volumen que maneja y por su cadena de valor integrada: produce sus propias baterías a través de su filial FinDreams, diseña sus plataformas eléctricas internamente y controla buena parte de sus componentes clave. Esto le permite recortar márgenes de forma quirúrgica sin comprometer su rentabilidad general.
El movimiento podría ser el principio de una criba en el competitivo mercado chino, donde operan más de 80 marcas de vehículos eléctricos. Nombres como Leapmotor, Neta o Xpeng ya habían alertado sobre la presión creciente. Hoy, tras el anuncio de BYD, las acciones de Xpeng cayeron un 6,8%, las de Nio un 5,2% y las de Li Auto un 4,3%, según datos del South China Morning Post. Algunas voces del sector hablan ya de “gran extinción” para referirse a la posible desaparición de marcas con ventas modestas y sin respaldo estatal.
Además de los fabricantes locales, también sufren las marcas extranjeras. Volkswagen y Toyota, que intentan ganar cuota con sus modelos eléctricos en China, tienen menos margen de maniobra para reaccionar ante estas ofensivas de precios, al depender en muchos casos de joint ventures y estructuras de producción menos flexibles.
BYD no ha detallado cuánto tiempo se mantendrán estos descuentos, pero los analistas interpretan el anuncio como una declaración de intenciones. Con más de 600.000 vehículos eléctricos vendidos solo en el primer trimestre de 2025 (según cifras internas), la compañía parece decidida a consolidar su dominio y forzar una reestructuración del mercado a su medida.