En Mercedes discrepan de la utilidad de las cargas rápidas de BYD

La movilidad eléctrica avanza a pasos agigantados hacia una nueva realidad en la que los conductores pueden «recargar» sus vehículos como si de una parado de gasolina se tratase. Un claro ejemplo es el reciente sistema presentado por el gigante automotriz chino BYD, que asegura que su tecnología permite recargar hasta 400 kilómetros de autonomía en tan solo cinco minutos. Sin embargo, no todos ven este avance con los mismos ojos. Desde Mercedes-Benz, desafían la utilidad real de cargas tan rápidas.

Andrew Cornelia, CEO de Mercedes-Benz High-Power Charging, ha expresado su escepticismo sobre esta tecnología durante la emisión del Plugged-In Podcast de InsideEVS. Según Cornelia, básicamente esta estrategia de recarga supersónica responde más a la necesidad de brindar confianza a los usuarios que a un beneficio práctico tangible.

El anuncio de BYD implica el despliegue de una potencia de hasta 1 MWh para lograr efectivamente una carga de 400 km en cinco minutos. Esto superaría incluso a los potentes cargadores europeos actuales y requeriría de una infraestructura de red eléctrica considerablemente robusta. Además, no todas las baterías están preparadas para absorber tal «susurro de potencia eléctrica», como bien ilustra el caso del Porsche Taycan, reconociendo la impresionante capacidad de carga de 320 kW, aún queda lejos del hito propuesto por BYD.

Otro punto a considerar es el conocido fenómeno de la caída en la potencia de carga a medida que la batería se va llenando. Suele ocurrir cuando supera el 80% de su capacidad, y es una medida de protección para evitar una degradación prematura de la batería. Esta limitación implicaría que, para una carga real de 400 km, se deberían disponer de baterías de mayor capacidad, alrededor de 115 kWh, considerando un consumo medio de 20 kWh/100 km.

Para Mercedes-Benz, en una parada estándar para repostar combustible se tarda unos 10-12 minutos, tiempo suficiente para estirar las piernas, ir al baño o tomar un café rápidamente. Según ellos, la carga ultrarrápida no tendría sentido en muchos casos cotidianos y su utilidad se limitaría a unos escenarios muy específicos.

A pesar de todo, la perspectiva de BYD plantea una interesante propuesta de valor al potencial comprador de su próximo vehículo eléctrico, difuminando aún más las líneas entre la experiencia de conducción de un vehículo de combustión y uno eléctrico. Brinda seguridad y respaldo, aunque su utilización máxima sea esporádica.

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