BYD no levanta el pie del acelerador. Tras consolidar su liderazgo en el mercado chino y escalar posiciones en Europa con modelos como el Dolphin o el Seal, el fabricante asiático se prepara para añadir una nueva pieza a su ya abultado catálogo de eléctricos. El próximo 17 de mayo debutará en China el BYD e7, una berlina de tamaño medio que aspira a convertirse en la referencia del segmento por precio, espacio y enfoque práctico.
El e7 no llega para revolucionar el mercado, sino para ofrecer exactamente lo que una gran parte del público busca: un coche eléctrico sencillo, funcional y, sobre todo, barato. Las cifras que se manejan son claras: por debajo de los 100.000 yuanes, es decir, unos 12.500 euros al cambio. Muy por debajo de modelos como el BYD Seal, que parte en España de unos 46.000 euros, o incluso de opciones como el MG4, que ronda los 30.000.
Estéticamente, el nuevo BYD e7 se alinea con el diseño habitual de la marca: frontal cerrado con detalles aerodinámicos, perfil limpio con techo curvo que sugiere buen espacio trasero y una trasera marcada por una barra LED (solo iluminada en los extremos) y detalles en forma de C. Todo con un lenguaje visual que recuerda al Qin Plus EV, aunque con más sobriedad. Las medidas —4,78 metros de largo, 1,90 de ancho y una generosa distancia entre ejes de 2,82 m— lo sitúan al nivel de una berlina tradicional, como el Toyota Camry o el Tesla Model 3, pero en una categoría de precio completamente distinta.
En el apartado técnico, no hay ambiciones deportivas: un solo motor eléctrico de 100 kW (136 CV) y dos baterías a elegir, de 48 y 57,6 kWh, que prometen autonomías de 450 y 520 km respectivamente, eso sí, bajo el ciclo CLTC chino, más generoso que el WLTP europeo. Velocidad máxima limitada a 150 km/h. Prestaciones modestas, pero acordes con un uso diario, especialmente en entornos urbanos o periurbanos.
El interior, aún pendiente de presentación oficial, apunta a un enfoque práctico: cuadro digital, pantalla central sobria, volante de base plana y selector de marchas en la columna de dirección para liberar espacio. Es la fórmula que ya ha funcionado con el Qin o el Seagull: simplicidad y habitabilidad.
El planteamiento tiene implicaciones más allá del mercado chino. Si BYD decide traer el e7 a Europa, incluso con un ajuste lógico de precio (impuestos, homologación, transporte), podría situarse por debajo de los 20.000 euros, entrando de lleno en el territorio de los Dacia Spring, Citroën ë-C3 y Renault Twingo E-Tech, pero con bastante más espacio y autonomía.
En ese escenario, el e7 podría resultar especialmente atractivo para flotas y servicios como el taxi. Su espacio interior, coste de adquisición reducido y mantenimiento bajo juegan a su favor. En España, donde el Plan MOVES III sigue ofreciendo hasta 7.000 euros de ayuda directa a la compra (si se achatarra un vehículo viejo), el precio final podría ser incluso inferior a los 15.000 euros. Un coche eléctrico con más de 400 km de autonomía, tamaño de berlina y coste de utilitario, listo para funcionar como herramienta de trabajo.
El reto está en la homologación europea y en si BYD está dispuesta a sacrificar margen para ganar volumen en el Viejo Continente. De momento, la marca ha optado por lanzar modelos más completos y caros en Europa, pero con el e7 tiene la oportunidad de atacar desde abajo. Y en un contexto donde la demanda de eléctricos asequibles crece y el precio medio de los VE en Europa ronda los 36.000 euros (según Transport & Environment), una apuesta así podría sacudir el tablero.