Stella Li no necesita presentaciones dentro del mundo BYD. Lleva casi tres décadas en la compañía y ha sido una de las principales responsables de que el fabricante chino de eléctricos haya pasado de ser un actor local a liderar el mercado global de vehículos enchufables. En reconocimiento a su trayectoria, el jurado del World Car of the Year la ha elegido World Car Person of the Year 2025, subrayando su papel clave en el espectacular crecimiento de BYD, especialmente en Europa.
Y es que 2024 ha sido un año de cifras récord para la marca. Con más de 2,5 millones de unidades vendidas a nivel mundial (datos de la propia compañía), BYD se ha consolidado como la sexta mayor automovilística del mundo por volumen, superando a gigantes como Hyundai o Ford en segmentos clave como el eléctrico puro. Este año esperan mantener el crecimiento a doble dígito, impulsados por el aumento de las exportaciones, que ya suponen cerca del 20% de la producción total.
Europa está siendo uno de los pilares de esta expansión. En apenas dos años, BYD ha pasado de vender unas pocas unidades a establecer una red sólida en mercados como Noruega, Alemania, Países Bajos o España. Y lo está haciendo con una gama que combina eléctricos puros y híbridos enchufables, como el Seal U, uno de sus modelos más populares entre quienes aún tienen dudas sobre la infraestructura de recarga.
El crecimiento, eso sí, no está exento de obstáculos. Los aranceles europeos al coche eléctrico chino se han convertido en una barrera importante. BYD soporta un gravamen del 17%, que se suma al 10% habitual para vehículos importados. Aun así, Stella Li asegura que este sobrecoste apenas afectará al negocio a medio plazo, ya que la marca tiene la vista puesta en producir localmente en Europa.
De hecho, ya cuentan con dos fábricas en marcha: una en Hungría, que arrancará producción a finales de este año, y otra en Turquía, aún en construcción. Además, se está buscando ubicación para una tercera planta en el continente, y España suena con fuerza como posible candidata. La compañía también estudia levantar una factoría de baterías en suelo europeo, aunque aún no hay fecha ni localización concretas.
Otra de las claves de su hoja de ruta pasa por la tecnología. En febrero, BYD anunció el despliegue de su sistema de conducción autónoma “Ojo de Dios”, que se integrará en 11 modelos de la gama Ocean. Este sistema combina sensores de última generación con algoritmos de inteligencia artificial capaces de procesar datos en tiempo real, y ya se ha empezado a probar en China. Según Li, su despliegue internacional es solo cuestión de tiempo.
A nivel comercial, BYD lanzará entre tres y cuatro modelos nuevos en Europa durante los próximos 12 a 18 meses, reforzando su oferta y acercándose a nuevos perfiles de clientes. Paralelamente, seguirán apostando por los híbridos como tecnología de acceso para quienes aún no dan el salto al eléctrico puro. En palabras de Li, “cuantas más personas cambien a un coche eléctrico, más ayudamos a transformar la industria”.
En este tablero global, la directiva insiste en que no ven a Tesla ni a Xiaomi como rivales, sino como aliados en la tarea de transformar el sector. “Todas debemos trabajar en educar a los consumidores”, remata Li. Porque lo que está claro es que BYD no solo quiere vender más coches: quiere marcar el ritmo de toda una industria.